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Ecosistemas “Amenazados” de Chile central: Un problema de todos…

  • Foto del escritor: Alberto Alaniz
    Alberto Alaniz
  • 20 oct 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 oct 2019

Chile constituye uno de los sitios con mayor diversidad de especies a nivel global, donde por ejemplo la eco región mediterránea representa un ejemplo fundamental. Sin embargo a nivel general los ecosistemas se han visto afectados profundamente debido a cambio en el uso del suelo, deforestación, incendios forestales y el cambio climático, poniéndolos en serio riesgo de colapso. Pese a la importancia de los ecosistemas para el ser humano, en la entrega servicios y la regulación ciclos naturales, las evaluaciones del estado de los estos han sido escasas, y se han enfocado principalmente en el cambios de uso de suelo (Myers et al., 2000; Mittermeier et al., 2004; Echeverría et al. 2006; Shultz et al., 2010; Pliscoff and Fuentes-Castillo, 2011; Squeo et al., 2012;)


En el Laboratorio de Ecología de Ecosistemas llevamos ya casi 2 años trabajando en el tema de los ecosistemas en conjunto con los investigadores Dr. Jorge Pérez y Dr. Mauricio Galleguillos, ello permitió determinar cuales son los ecosistemas  “críticos” de la zona central de Chile. Presentamos además un complemento a la metodología de la UICN para evaluar el nivel de amenaza de los ecosistemas, evaluando la validez espacial y temporal de la información disponible en publicaciones científicas. Esto lo realizamos evaluando el nivel de amenaza de los ecosistemas esclerófilos de Chile central. Se utilizaron estudios espacialmente explícitos que identifican las perturbaciones en la estructura de la vegetación y en sus funciones, los cuales fueron superpuestos a la distribución de los ecosistemas, permitiendo cuantificar la reducción en la distribución de manera efectiva.


Para la evaluación se utilizó la metodología UICN de Listas Rojas de Ecosistemas Amenazados, creada en el año 2013, la cual actúa de forma análoga a la Lista Roja de Especies. Esta última ha tenido resultados muy favorables en la conservación de especies amenazadas alrededor del mundo y constituye un antecedente favorable para la evaluación de unidades de jerarquía ecológica más elevada como ecosistemas (Keith et al. 2013; Rodríguez et al 2015). La metodología se basa en la identificación de cambios en las propiedades del ecosistema, ya sea a nivel de función, estructura o de composición, para ello se deben evaluar diferentes criterios los cuales responden a cada uno de estos atributos. Una de las herramientas más utilizadas para desarrollar dicha evaluación ha sido la percepción remota, la cual permite a través de imágenes de satélite o fotografías aéreas, evaluar los cambios en la configuración del paisaje, permitiendo detectar así modificaciones en las diferentes coberturas, tales como bosques, matorrales, humedales, praderas etc. Esta tecnología permite evaluar grandes extensiones de territorio de manera rápida y económica. Además permiten analizar dinámicas funcionales del ecosistema como evapotranspitación, productividad primaria y balance hídrico (Vergara et al 2013; Olivera-Guerra et al. 2014). Otra ventaja que esta tecnología posee es su accesibilidad y bajo costo.

De los 17 ecosistemas evaluados considerando aquellos donde se obtubo un alto nivel de calidad espacial y temporal (>50%) 8 poseen niveles de amenaza considerables, estos representan un 22,9% del área que se estudió, los ecosistemas mas afectados se encuentran en la zona costera entre la Región de Valparaiso y El Maule. El principal responsable de estas pérdidas corresponde a la expansión de plantaciones forestales de Pinus radiata, mientras que en la depresión central la expansión de las ciudades y de las zonas de cultivo ha restado amplias superficies a bosques y matorrales espinosos y esclerofilos (Alaniz et al., in press). Aquellos ecosistemas que poseen menores niveles de amenaza se encuentran localizados en zonas altas en donde no existe una aptitud de uso antrópica muy elevada. Algunos ecosistemas han perdido en los últimos 40 años mas del 50% de sus superficies, mientras que otros tantos se han reducido prácticamente a pequeños parches ubicados en cerros y quebradas.


Existen 3 ecosistemas en estado crítico:


Bosque espinoso mediterráneo andino de Espino y Baccharis paniculata, localizado en la precordillera de Santiago. Este ha sido afectado muy por la expansión urbana, y la desertificación.Bosque esclerofilo mediterráneo costero de Litre y Peumo: localizado en la costa de la V región, afectado por la expansión de la industria forestal, este ecosistema se ha reemplazado casi en su totalidad por pino.Bosque esclerofilo psamofilo mediterráneo andino de Quillay y Fabiana imbricata: Es el ecosistema esclerofilo más austral de Chile, localizado a la altura de Los Ángeles. este ha sido reemplazado casi en su totalidad por cultivos agrícolas y plantaciones forestales.


La evaluación posee altos niveles de calidad espacial y temporal lo cual la hace muy confiable. 47% de los ecosistemas evaluados posee alta calidad espacial, mientras que un 70% posee alta calidad temporal (para mayor detalle consulte Alaniz et al. in press).

Este tipo de información puede contribuir en gran medida a la conservación de este tipo de sistemas a nivel nacional, permitiendo realizar una planificación del territorio acorde a las características de cada ecosistema posibilitando así el mantenimiento de estos en el futuro.

 
 
 

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